martes, 26 de mayo de 2020





PALABRAS PARA UN DOMINGO


Alégrate de levantarte un domingo, un domingo cualquiera
y tener dos piernas y poder andar.
Alégrate de tener una mujer a tu lado, durmiendo en la cama grande,
una mujer a la que abrazar y que te dé calor en las largas noches de invierno.
Alégrate de oír las risas de tus hijos. Y que te pidan la leche o te pregunten
qué pantalón ponerse.
Y alégrate de tener leche en la nevera y un pantalón para salir de casa.
Vienes de las pesadillas de la noche, de los fantasmas silenciosos
e invisibles, que te observan y vigilan en la gran sala vacía.
Están ahí y no aparecen. Y la sala vacía del cine tiene el proyector encendido.
Y la pantalla en blanco.
Ves las sombras que la cruzan y sabes que los fantasmas no tienen sombras.
Y luego el pasillo cada vez más estrecho, y la puerta de la calle y tú cada vez más cerca
y el pasillo cada vez más estrecho. Y la luz
en la calle.
Y tú que no llegas, que no puedes llegar.
Pero abres los ojos. Se acabó la pesadilla. La casa está en silencio.
Hay luz en el comedor.
Alégrate de tus pesadillas. Sólo los vivos tienen pesadillas.
Alégrate de tener una mujer a la que contarle tus pesadillas.
Alégrate de tener unos hijos que te contarán sus pesadillas.
Alégrate de tener una lavadora que poner y unos platos que fregar.
Porque es domingo, un simple domingo, y tienes toda la mañana por delante.
Porque es domingo, un simple domingo, y estás vivo
y has salido de tu pesadilla.








domingo, 3 de mayo de 2020




ÉRAMOS JÓVENES Y HERMOSOS


Éramos jóvenes y hermosos
y no lo sabíamos.
Éramos fuertes y puros
y la fuerza y el amor
se nos escapaba entre los dedos,
por los poros de la piel,
en el brillo de la mirada…
Tanta luz ciega el espíritu.
Pero luz con luz se une.
El mundo y los ojos
brillaban juntos
y todo era vivido
con la pasmosa naturalidad de los sueños.
¿Era acaso eso, la vida, un sueño hermoso
y nada más que eso?
Por desgracia despertamos un día.
Y eso nos pareció exactamente la vida: un hermoso sueño
extinguido.
La luz del mundo
declinaba lentamente.
La luz de nuestras pupilas
brillaba aún, pero ya
no era suficiente.
La frialdad de las cosas
repelía nuestro calor.
Y el espíritu se iba enfriando
en silencio y despacio
como un fuego olvidado por una caravana entre
un círculo de rocas.
Nos hemos desperdigado y nos hemos perdido
y en la noche, de tanto en tanto, alguien grita,
una voz nos llega, honda y sombría, desde muy lejos,
y por un instante el alma se estremece y una brasa salta
entre cenizas frías.
Hay calor aún. Hay manos que esperan.
Pieles que se frotan. Miradas que se buscan.
¿Y esta noche larga, durará por siempre?
Las montañas oscuras empujan las preguntas hacia arriba.
Las muerden y las escupen. Juegan con ellas.
Mientras en la tierra
la caravana se precipita, callada y muda,
errática y ciega
al fondo de la noche.

                       (poema perteneciente a "El final del banquete", Pretextos 2017)



viernes, 1 de mayo de 2020








                                                                        España en Regional. Diario fotográfico. 25-32