lunes, 22 de diciembre de 2014





La cita de hoy:

Si estos tipos han triunfado, nos decimos, ¿por qué yo no? Al fin y al cabo yo soy mejor que ellos. Cierto, amigo, tú eres mucho mejor. Pero no era tan difícil serlo, no es para estar orgulloso. Lo primero que deberías tener en cuenta es que para triunfar como ellos has de ser tan mediocre o comercial como ellos.




ESCRIBIR SÍ ES LLORAR (artículo de Antonio Iturbe en la revista "Qué leer". nº 204, a propósito del libro "La mala puta", de Miguel Dalmau y Román Piña, ed. Sloper)






martes, 2 de diciembre de 2014



(...)  ¿Habéis leído El sueño del celta, de Vargas Llosa? Pues leedlo. Es básico. Y luego también es muy conveniente conocer las aventuras de Stanley, de un capitán de barco polaco que se cambió de nombre y de todo eso de lo que ya se ha hablado en muchos artículos y libros, y que no por eso no deja de ser importante que se recuerde. Pero bien, ya estamos en 1960, ya somos independientes. ¿Ha acabado la tiranía de la metrópoli? ¿Todos los males del colonialismo y del imperialismo son ya, afortunadamente, cosa del pasado? Por supuesto que no. Pero ahora solo quiero resaltar un aspecto: la postura de la metrópoli. ¿Qué es lo primero que hizo el Gobierno belga? Dos acciones fundamentales en el posterior futuro del país. Retirar de golpe y a toda prisa a todos sus funcionarios, cooperantes, etc., además de suspender toda la ayuda e inversión económica. Es decir, que de repente el país se quedó sin médicos, sin ingenieros, sin carteros, sin policías y jueces, sin maestros, y sin dinero, con todos los proyectos parados, con todos los pagos del estado suspendidos… Naturalmente se podía haber preparado a una minoría nativa para que sustituyera a los blancos en el momento de la independencia. Pero lo cierto es que en 1960 no existía ni un médico ni un abogado congoleño, por poner dos ejemplos. No contentos con esto (por supuesto el Gobierno belga justificó la retirada de sus ciudadanos belgas por motivos de seguridad, y en parte tenían toda la razón), hicieron otra cosa aún peor: apoyar militarmente el movimiento independentista de la región de Katanga, donde las empresas mineras belgas tenían importantes yacimientos. Este apoyo, como es lógico, provocó inmediatamente una guerra, que se sumó al caos administrativo, político, social y económico que ya existía. Luego ya se sabe, un dictador, luego otro, más guerras, más pobreza… ¿Cómo se puede edificar una buena sociedad con unos pilares como estos? (...)


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ORNAMENTO Y DELITO

Tengo que aprender a medir mis palabras.
Las últimas ordenanzas son muy rígidas.
(Y no les falta razón.)
Hay que despojar a la poesía
de todo lo prescindible.
Un solo instrumento basta
para crear una música hermosa.
No construiremos más barcos
que se hundan con todos los honores.
De ahora en adelante cualquier metáfora
será declarada enemiga del pueblo.

(poema perteneciente al libro "Acto de Clausura", Ed. Universidad de Murcia, en prensa)


domingo, 9 de noviembre de 2014




(...) Creemos que Picasso llego a ser Picasso sin dificultad alguna, que Renoir, Manet, Courbet, Cezanne y tantos otros llegaron a estar donde están de la manera más fácil: exponiendo sus grandes obras y teniendo un éxito inmediato. Se nos olvida que pasaron hambre, que fueron despreciados y marginados, que nadie compraba sus cuadros, que nadie los tomaba en serio. Se nos olvida que no hay ningún determinismo en las cuestiones del éxito y el talento, que una cosa no va automáticamente emparejada con la otra, que por muy bueno que sea considerado hoy un pintor, por muy caros que se coticen hoy sus cuadros, en un principio tuvo que existir un primer comprador (que generalmente compró muy barato, a un precio que ahora nos parece ridículo), o incluso un simple amigo que se ofreciera a darle una comida caliente y una cama donde dormir cuando hasta eso le negaba la vida. (...) 





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(FOTOGRAFÍA DEL AUTOR)

martes, 21 de octubre de 2014




VIEJOS MITOS,  NUEVOS MITOS...



(...) ¡La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano! ¡Otro mito que hay que desmontar! Parece que sea la cumbre de la revolución. El punto más alto al que se podía llegar en ese momento, el gran legado de los revolucionarios e ilustrados franceses. Pero no… Eso era una simple declaración de buenas intenciones, sin ningún valor legal. Mucho más importantes son los decretos de agosto de 1789, que abolen lo que quedaba de régimen feudal en Francia, que abolen la propiedad señorial, que abolen los títulos de nobleza. Y casi más importante aún es la Constitución civil del clero, porque hasta entonces, en las diversas sublevaciones populares de los siglos precedentes, se había atacado a los nobles, pero jamás hasta ese momento se había atacado a la iglesia como institución, a la iglesia en bloque, a la iglesia en la misma raíz de su poder. (...)



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http://www.jotdown.es/2014/10/la-revolucion-francesa-lo-que-se-ha-dicho-sobre-ella-y-lo-que-se-dira/



viernes, 10 de octubre de 2014






Como si se hubieran puesto todos de acuerdo. Cada uno en su país. A la de tres… Todos van cayendo en fila, como las fichas de un dominó que empujan unas a otras, cada vez con mayor velocidad y violencia. Los primeros, Víctor Manuel III en Italia y Alfonso XIII en España, pero los demás no se quedan atrás. Parece que están cansados de gobernar, de siglos y siglos toreando a sus fieles colaboradores y sus apacibles súbditos. Que si se rasca un poco se ve al momento que de fieles y apacibles no tienen un pelo.
Sí, gobernar es muy duro. Y si no que se lo digan a ellos, que llevan siglos y siglos con esa pesada carga a sus espaldas. Así que si viene alguien y te hace un apaño rápido y gratis, ¿quién puede resistirse a la tentación? Nadie. Todos, hasta los que no sucumben a los guiños del maligno (¡¡ah!!, qué gran pecado la pereza… con lo bien que se está cazando osos y lobos con los amigotes, ¡y tener que aguantar a los pesados de los ministros!…), acaban por imitar al vendedor de humo de la camisa negra y el bigotito recortado, ese que lo soluciona todo en un santiamén, y por el bien de la patria, oye, sin pedir nada a cambio, que es un chaval de lo más apañado, recomendable cien por cien, limpio y discreto… Sí, sí, un chollo. Y más en estos tiempos… Que no teníamos bastante jaleo con lo de siempre y va y vienen los rojos a dar por…. Bueno, por ese sitio que la dignidad nos impide decir…
(...)

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http://papeldeperiodico.com/2014/10/10/de-como-los-reyes-europeos-decidieron-suicidarse-todos-juntos-2/


(fotografía del autor)







2. LA VERDADERA LABOR DEL POLÍTICO

La verdadera labor del político no es hacer eficaz el sistema, sino ocultar la ineficacia del sistema.
Cuanto más general y prolongado sea este ocultamiento, mejor político es.
(...)


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http://www.fundayfanzine.com/sera-un-bonito-espectaculo/



CIELOS CON NUBES: texto y fotos.




Siempre he vivido en calles de poetas. En Valencia he tenido y tengo dos casas. La de mis padres y la mía. Y las dos están en calles con nombres de poetas. Pero yo no nací en Valencia. Oficialmente, según mi documentación, nací en Rocafort, un pueblo situado a muy pocos kilómetros de Valencia. Allí viví hasta los 4 años. Y luego no he vuelto nunca. Sin embargo sé, porque me lo contó mi padre, que allí vivíamos en la misma calle donde estaba la casa en la que Antonio Machado pasó unos meses en plena Guerra Civil, antes de su huida definitiva a Francia.
Hace años viví en una ciudad de la provincia de Alicante. ¿Y dónde fui a parar? Pues a la avenida Miguel Hernández. Otro poeta. Por lo demás siempre he vivido rodeado de libros. Entre gente que apreciaba la cultura. Eso va dejando su poso, su huella. ¿Soy escritor por ese motivo? Algo tendrá que ver, desde luego.
(...)







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viernes, 26 de septiembre de 2014








CAMPAMENTO













Agosto, ya no sé que día.

Doce de la mañana. Todo tranquilo. Me paso por las tiendas. Casi todos se han ido ya y los que dormirán hoy aún no han llegado. De momento poco trabajo en la oficina. Los que vienen de paso tienen prisa. Sacan la credencial, se la sello, se despiden y siguen andando. Otros tienen previsto hacer un día de descanso. Con esos puedo hablar un rato. Me cuentan cómo les ha ido hasta ahora. Algunos consejos sobre lo que les falta. Si hay suerte el domingo, cuando vaya a Santiago, me tropezaré con alguno de ellos. Me saludarán en la Plaza del Obradoiro. La sorpresa y la alegría será mutua. Esas cosas animan. Esta tarde el jeep de la Guardia Civil traerá a algunos tocados. Gente reventada que ya no puede dar un paso más. Les daremos las literas reservadas para enfermos y exhaustos. Las tiendas militares son grandes. Pero hay días que se juntan mil personas, se dice pronto, y todo el campamento se queda pequeño. Hoy es un día tranquilo. Si todo sigue así esta tarde podré ir un rato a la piscina. Vendrá el encargado y los voluntarios tendremos nuestro merecido descanso. Antes de volver al alberge, para dormir, nos daremos otra vuelta por las tiendas. Veremos si han seguido las normas y se han organizado bien. La oficina de información cierra a las diez. El campamento no cierra nunca. Por las noches está muy animado. A veces me siento en la escalinata del puente y lo miro durante unos minutos. Me siento orgulloso de lo que he hecho. Ayudar a los que viajan es casi tan bueno como viajar. De vez en cuando el encargado nos lleva con su todoterreno, para ver alguna fuente cercana, para comprobar que los carteles están en su sitio, que el camino está en buenas condiciones. Después, cuando en la oficina me preguntan, yo puedo contestar mejor las preguntas. Es curioso, yo nunca he hecho el camino. Conozco una etapa, la que cruza el valle, y he recorrido en coche o en autobús toda la parte gallega. Pero andar, lo que se dice andar, no habré andado más de dos o tres kilómetros. Ese es un asunto pendiente. Por eso, esta noche, cuando cerremos la oficina, cuando nos despidamos entre risas y bromas, me pararé en los escalones del puente. Y miraré al campamento. Y pensaré otra vez que el año que viene volveré, pero para estar allí, en una de esas grandes tiendas que nos ha prestado el ejército, como un peregrino más. Ayudar a los que viajan es casi tan bueno como viajar. Ayudar a los que ya no pueden viajar más, porque su cuerpo no da más de si o han tenido mala suerte, es muy reconfortante. El Camino engancha. Y saber que es duro y ver esa dureza con tus propios ojos no refrena el deseo. El año que viene volveré.


(fotografía del autor, texto perteneciente al libro de relatos "Gente busca gente") 


martes, 23 de septiembre de 2014





"Falocracia", comprimido nº 2.









Entre la vida y la literatura elijo siempre la literatura. La literatura es una mentira pero la vida es una estafa.


La mitad de lo que yo he hecho en esta vida lo he hecho para castigarme a mí mismo y a los demás, y la otra mitad de lo que he hecho en esta vida lo he hecho para perdonarme a mí mismo y a los demás.



Toda la vida aguantando insultos y desprecios y cuando enseñas los dientes te llaman perro rabioso.


Ser escritor: escribir un gran libro, y destrozarse.


¿Cómo sigue la vida después de la vida? ¿Cómo sigue la muerte después de la muerte?


Escribir sólo es una forma de curar mis heridas para poder seguir haciéndome daño.



Después de la infancia sólo hay decadencia. Pero aún hay un momento de heroicidad, un canto del cisne: cuando el adolescente se toca su fondo. (A mí me llegó tarde ese momento. Y luego me pasé demasiados años intentando perpetuar esa sensación.)


Guárdate siempre tus miedos para ti. Si se los cuentas a alguien se convertirán en sus miedos, además de seguir siendo tus miedos.


Equivocarse sólo sirve para aprender cuál era el buen camino cuando ya has pasado el desvío y no hay ninguna posibilidad de volver atrás.


Desde las rocas toda el agua del lago parece azul.



La salida del túnel es siempre la noche.


Cuando un hombre es incapaz de seguir los deseos de su naturaleza más íntima está acabado, aunque tenga 20 años y la vida por delante. Cuando un hombre es incapaz de enfrentarse a las exigencias de su propia ambición está vencido, aunque aún no haya empezado a luchar.


Todas las escaleras que he subido me han hecho bajar al infierno.


Todo capitán tiene derecho a hundirse con su barco. Todo capitán tiene derecho a hundir su barco.


¿Por qué he sido un adicto al sufrimiento? Muy sencillo: el sufrimiento es más intenso que el placer.


A veces la única manera de avanzar es retroceder.


Complacer a los demás es ser devorado por ellos.



Uno llega a la categoría de maestro cuando no necesita realizar sus obras, sólo retocarlas, y uno llega a la categoría de genio cuando no necesita retocar sus obras, sólo firmarlas.






He vuelto sólo para comprobar que mi tumba está vacía.



Tal vez no tenga el talento de un genio. Tal vez no tenga su disciplina. Pero estoy seguro de tener algo, uno de los atributos de la genialidad: la impaciencia.



A veces me equivoco sólo para comprobar que tengo razón.




La tarea de un naufrago es mandar mensajes en botellas. La tarea de Dios es hacer que estos mensajes lleguen a alguna parte. ¿Y si Dios no existe? Si Dios no existe habrá que rezar a las olas.



Estoy excavando un túnel que se va derrumbando a medida que voy avanzando.




Un hombre únicamente tiene dos maneras de fracasar. Hacer lo que los demás quieren o hacer lo que él quiere. Curiosamente se tiende a pensar que fracasar del primer modo es mejor que fracasar del segundo modo.



¿Cómo no ser terriblemente vanidoso cuando uno va a ser condenado por ser distinto?



Los malos escritores viven de sus libros. Los buenos escritores viven para sus libros.



Los malos escritores escriben para los que están. Los buenos escritores escriben para los que vendrán.



Dicen que la venganza es un plato que se ha de servir frío. El problema de los vengadores es que si se esperan a que se enfríe el plato, cuando van a vengarse ya no se acuerdan de ellos ni sus verdugos.




La mitad del mundo es culpable y la otra mitad está dispuesta a ejecutar la sentencia.



¿Qué es un buen libro? Los libros que citaría enteros.



Quien renuncia a sus sueños. Se ve obligado a cumplir los sueños de los demás. Y cuando finalmente fracasa, su fracaso es doble.



Llevo muchos años amortizando mis defectos y despreciando mis virtudes.


Sólo hay una cosa peor que no leer: no escribir. Sólo hay una cosa peor que no escribir: no viajar.


Un escritor no vive, investiga la vida, del mismo modo que un forense no muere, investiga la muerte. Un escritor vive apartado de la vida, aunque viva muy cerca de ella, y a veces, si las circunstancias lo requieren, se puede mezclar con la vida, como un policía se puede mezclar con delincuentes, pero no por ello deja de ser un policía.


Un escritor tiene que trabajar por la noche y dormir por el día. Un escritor que se acuesta a las diez nunca será un buen escritor.


Un escritor tiene que tener un vicio, y ese vicio tiene que ser cuanto más público y notorio mejor. No hay mejor tarjeta de presentación para un escritor que su vicio.


Un escritor tiene que vivir solo, incluyendo en su soledad, si lo desea, a mujeres, niños, mascotas y plantas. Un escritor que viva acompañado será como un vampiro que no se refleja en el espejo.


Un escritor tiene que tener sólo una norma: todo vale. En la hoguera de la literatura toda leña es buena.



Un escritor debe tener dos libretas. En una debe anotar cuidadosamente a quien desprecia y en la otra debe anotar cuidadosamente qué hace cada día para poder considerarse a si mismo escritor. Un escritor sin desprecios y un escritor que descuida un sólo día su trabajo de escritor nunca será un buen escritor.


Con una línea al día es suficiente. El trabajo de escritor no se mide por la anchura sino por la profundidad. Las grietas más peligrosas son las más estrechas.


Un escritor tiene cosas más importantes que hacer que ordenar una mesa. Pero un escritor con la mesa desordenada nunca será un buen escritor.


Un escritor tiene que buscar la fama con todos sus recursos, como un perro que olfatea su presa, y tiene que huir de la fama con todas sus fuerzas, como un ladrón de tumbas que huye ante un fantasma.



¿Sabéis cómo detectar a los farsantes? Pedidle a un escritor que tire sus libros al fuego una noche fría de invierno. Un buen escritor los tirará todos sin dudarlo.
(Que quede claro que nos referimos a los libros propios, a los escritos por uno mismo. Tirar al fuego los libros de un compañero no tiene ningún mérito.)


Un buen escritor no se dedica a pretender decir nada nuevo, sino a intentar que se recuerde lo que no debería ser olvidado.




Fotografía de A. V. F.