miércoles, 27 de marzo de 2024



ÁREA DE SERVICIO 

(palabras previas)









Este libro es y no es. Es un libro de viajes y no es un libro de viajes. Es un diario y no es un diario. Es un ensayo sobre la literatura y no es un ensayo sobre la literatura. Es un libro de relatos y no es un libro de relatos. Es un libro de poesía y no es un libro de poesía. Y así podríamos seguir un rato más. Nunca me pregunto para quién escribo mientras estoy escribiendo un libro. Pero luego esa pregunta es inevitable. En las primeras páginas declaro solemnemente que creo que algunas de las citas que he incluido aquí pueden ser muy útiles para el lector, tanto como una bengala de socorro   cuando estamos perdidos en medio del mar. A veces unas simples palabras pueden ser la luz que señala tú posición en la oscuridad. 


Este libro va de trenes, de viajes en Regional, por supuesto, porque desde que salieron "España en Regional" y luego “Caminos de hierro”, he seguido viajando, pero también va de viajes en coche, buscando pueblos perdidos y estaciones abandonadas, tal como llevo haciendo desde hace ya casi diez años. Sin embargo, aquí también hablo de literatura, de los libros de viajes y los libros que se llevan en un viaje. Comento los libros que he leído en el tren porque creo que leer en un tren puede ser una experiencia tan placentera como el propio viaje. No siempre, desde luego. Hay viajes que no se prestan al placer de la lectura, pero cuando se cumplen unas condiciones previas, leer en un tren, mientras miramos a ratos el paisaje, mientras vemos como el mundo pasa por el otro lado de la ventana (y nos da la sensación de que nosotros estamos en un lugar seguro, tranquilo y confortable), es una experiencia maravillosa. Pero no, este libro no va de esto, y sí va de esto. Porque en el tren se puede escribir, se puede hablar con otros viajeros (y hacer nuevos amigos) y sobre todo se puede pensar mucho, pensar reposadamente sobre todos esos asuntos que nos esperan al llegar a la estación. Y de todo esto, de todo lo que pensamos, meditamos, comprendemos en las horas de viaje también va este libro. Y no.








































domingo, 11 de febrero de 2024

 




VIAJE INTERIOR

(Bocetos encontrados, primera parte)












































SI  UN VIAJERO...


No puedo reproducir las aventuras de Lawrence G. Marshall por los ferrocarriles de viaje estrecha española, pero me las puedo imaginar. La mayoría de estos ferrocarriles han desaparecido y nunca volverán. En algunos casos nos queda un camino, en otros casos no queda nada. Podemos saber por dónde pasaban los trenes, pero nunca los volveremos a ver, sólo en las fotos y en algunas pocas películas que se grabaron cuando aún funcionaban. Las películas son generalmente en Super 8, mudas, con una calidad maravillosamente deficiente, con sus fallos, sus cortes abruptos, sus imágenes desenfocadas, pero cuando por fin el cámara atina (un amateur siempre, un aficionado a los trenes que tuvo la suerte de grabar un testimonio en directo de un mundo que iba a desaparecer en poco tiempo), las imágenes son fantásticas, tenemos el tren y sus pasajeros, tenemos a los maquinistas y revisores, tenemos la caldera y el hollín, el humo y el carbón, tenemos al jefe de estación haciendo su trabajo mientras nos sonríe, tenemos el paisaje, un paisaje que ya no existe, como los trenes que lo cruzaban.


https://www.fronterad.com/si-un-viajero-ingles-una-manana-de-marzo/