POEMAS RESCATADOS (II)
DISCOTECA, CON MORRISEY
No diré que fue cruel conmigo.
Ni siquiera puedo decir que me
decepcionó.
Nunca esperé nada de este mundo.
Así que mi existencia no fue más
que la confirmación de una certeza
tan antigua y agarrada a mi alma
como un grano o una verruga horrible que
aparece en la niñez de un hombre
y ya siempre le acompaña.
Life is a pigsty, la vida es una porquería
canta Morrisey
en esta discoteca vacía
del final de la fiesta, cuando ya todos
los invitados
se han ido y sólo yo espero
(o simplemente escucho la música)
mientras
sigo con los ojos
esas luces vibrantes
que recorren esa pista en la que nunca
bailé.
Y pese a todo aquí estoy, en mi púlpito:
Como un cura que oficia misa en una
catedral desierta
canto con Morrisey, con devoción, en un
murmullo…
La vida, al fin, resultó como esperaba.
Pero aún así le debemos una ofrenda.
(Alfonso Vila Francés, Acantilados de papel, nº 1)
No hay comentarios:
Publicar un comentario