jueves, 8 de enero de 2015




UNA ENFERMEDAD (DEL ESCRITOR) MÁS EXTENSA DE LO QUE SE PIENSA...

Cuando conocí a Marco acababa de publicar mi décimo libro, Anatomía de un instante, aunque no estaba en un buen momento. Ni yo mismo entendía por qué. Mi familia parecía feliz, el libro era un éxito (...) Un día llegué a la conclusión de que la culpa de mi tristeza la tenía el libro recién publicado (...) A todas horas me repetía, como una consigna: "la realidad mata, la ficción salva". Mientras tanto combatía a duras penas la angustia y los ataques de pánico, me acostaba llorando, me despertada llorando, y me pasaba el día escondiéndome de la gente, para poder llorar (...) Decidí que la solución era escribir otro libro (...) [tenía 3 ideas]. Traté de escribir esas tres ficciones; con las tres fracasé. Un día mi mujer me puso un ultimatúm: o yo pedía hora con un psicoanalista o ella pedía el divorcio (...) La segunda conclusión era que mi vida era una farsa y yo era un farsante, que había elegido la literatura para llevar una existencia libre, feliz y auténtica y llevaba una existencia falsa, esclava e infeliz, que yo era un tipo que iba de novelista y daba el pego y engañaba al personal, pero en realidad no era más que un impostor.

Javier Cercas. El impostor.





No hay comentarios:

Publicar un comentario