lunes, 1 de octubre de 2012

FORMAS DE MATAR EL TIEMPO

El mejor cuento que he leído nunca:



"A L. K. Después de aquello, le era difícil respirar. Le producía un extremo dolor soportar la existencia propia y la de los demás. Una terrible incógnita, el porqué de todo. Así que sin tener la menor idea de qué hacer con su vida, cogió el primer tren para Dublín, buscó trabajo, conoció a una mujer, se casó y tuvo hijos."

(Julia Otxoa, Formas de matar del tiempo)

Una vida resumida en 5 líneas. El antes no importa ("aquello" puede ser cualquier cosa). El por qué tampoco. El después menos aún.

Yo, ahora, tengo otras formas de matar el tiempo. Como las preguntas. Y no puedo dejar de pensar en la crisis (¿por qué será?). 
Hay tres preguntas que me hago muy a menudo. Son estas:

-¿Si para reducir gastos tenemos que reducir ingresos, qué estamos mejorando?

-¿Cuánta gente fuera del sistema puede soportar el sistema?

-¿Existe la unión europea? 
(Sí. La última es una pregunta trampa. La Unión Europea existe, pero... ¿y si eso no es más que una "superestructura"? Recordemos a Marx. Pensemos por un momento en términos marxistas. La "superestructura" es un conjunto de instituciones, relaciones sociales y creencias (incluidas las religiosas) que tienen la función de tapar algo más obvio: la explotación económica, y la lucha de clases que se deriva de ella.  Los nobles y los reyes crearon una superestructura. Los emperadores y los faraones también. Creemos que eso es algo del pasado. ¿Y si no lo es? ¿Nos han estado engañando todos estos años?) Bueno, son sólo formas de matar el tiempo  


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