Basta
que haya un estúpido en un grupo, para que el grupo entero derive hacia la
estupidez.
A los inteligentes hay que explicarles muchas
cosas. A los tontos sólo dos: lo que se puede hacer y lo que no.
No
hay que buscar las causas, hay que buscar culpables.
La
tarea del profesor no es hacer inteligentes a los alumnos estúpidos, que es
imposible, sino hacer estúpidos a los inteligentes, que es mucho más fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario