miércoles, 30 de mayo de 2012

SOBRE EL ESCRITOR Y LO ESCRITO


1
La ficción no existe. Todas estas historias de ficción están basadas en hechos reales. Y las partes reales son precisamente las que más inverosímiles parecen.




2


Ninguna palabra es inocente, y las palabras escritas son las menos inocentes de todas. Toda obra literaria, ya sea prosa o poesía, responde al mismo fin último: no pretende copiar la realidad: pretende sustituirla. El autor debe tratar de impedírselo de todos los modos posibles




3
El trabajo de un escritor no es resultar simpático: es resultar contundente. Si la vida es inútil, la literatura es imprescindible.


4
El trabajo del escritor es jugar con las palabras, no domesticarlas. Las palabras necesitan espacio, luz, aire fresco. Si las domesticas, las matas.


5
¿El secreto de un buen poema? Pensar lo que está en la mente de todos y decirlo con palabras que están en boca de todos, pero decirlo mejor que todos.


6
La enfermedad terminal de un escritor: no poder dejar de ser su personaje.


7
Un escritor no vive, investiga la vida, del mismo modo que un forense no muere, investiga la muerte. Un escritor vive apartado de la vida, aunque viva muy cerca de ella, y a veces, si las circunstancias lo requieren, se puede mezclar con la vida, como un policía se puede mezclar con delincuentes, pero nunca olvida que es un policía.




8



A un genio se le conoce por su inteligencia. A un escritor, por sus manías.





9
Un escritor tiene que tener sólo una norma: todo vale. En la hoguera de la literatura toda leña es buena.


10

Un escritor debe tener dos libretas. En una debe anotar cuidadosamente a quien desprecia y en la otra debe anotar cuidadosamente qué hace cada día para poder considerarse a si mismo escritor. Un escritor sin desprecios y un escritor que descuida un solo día su trabajo de escritor nunca será un buen escritor.



11
Con una línea al día es suficiente. El trabajo de escritor no se mide por la anchura sino por la profundidad. Las grietas más peligrosas son las más estrechas.


12

Un escritor tiene cosas más importantes que hacer que ordenar una mesa. Pero un escritor con la mesa desordenada nunca será un buen escritor.



13
Un escritor tiene que buscar la fama con todos sus recursos, como un perro que olfatea su presa, y tiene que huir de la fama con todas sus fuerzas, como un ladrón de tumbas que huye ante un fantasma.


14
Escribir es siempre un mal menor.


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